La familia que reza unida, permanece unida. Pero ¿qué pasa con la familia que asesina unida? Toda familia puede ponerse polémica de vez en cuando, pero esto suele ser difuminado con buena comida y una gran cantidad de alcohol.
Pero existen algunas familias que realmente terminan fuera de control hasta el punto en que alguien es asesinado. Conocé a los Knorrs.
Theresa.
Teresa Cross se casó con Clifford Clyde Sanders en 1962, después de sólo conocerlo durante cinco meses. Ella quedó embarazada de su hija poco después, y las cosas parecían ir bien. Eso fue hasta que Theresa empezó a sospechar que Clifford era infiel. Aunque ella nunca tuvo ninguna prueba, ella estaba convencida de que Clifford estaba mintiéndole y se obsesionó. Durante una discusión donde Theresa estaba furiosa porque él no estuvo en su cumpleaños, Clifford dijo que se iría de casa. Entonces Theresa le disparó en la espalda mientras él se alejaba.
Segundo Matrimonio y Abuso Infantil.
Teresa fue juzgada y encontrada inocente, y ella afirmó que sólo asesinó a su marido por auto-defensa y para proteger a su hija recién nacida. Ella pronto se casó con un veterano llamado Robert Knorr, y tuvo cuatro de sus hijos, teniendo seis hijos en total en su hogar. Su relación con sus hijos era extremadamente abusiva. Ella los quemaba con cigarrillos, les lanzaba cuchillos, y les daba de comer a la fuerza hasta que estuvieran enfermos. Ella hizo que uno de sus hijos aguantara a otro para poder torturarlo. Una vez apuntó una pistola a la cabeza de su hija menor.
Suesan.
Theresa se divorció de Knorr y mantuvo la custodia de los hijos. Se casó dos veces más. Fueron sus hijas mayores, Suesan y Sheila, las que recibieron el abuso más duro. Al convertirse en mujeres jóvenes, Teresa creía que Suesan se convirtió en una bruja y usaba hechizos para hacerla a ella más gorda. Ella encadenó a Suesan a su cama y la golpeó, luego obligó a los otros niños a golpearla. Al tiempo le disparó en el pecho. Suesan sobrevivió, pero después Theresa forzó a uno de sus hermanos a quitarle la bala, entonces Suesan se enfermó y estaba muriendo de una infección. Teresa ordenó a sus hijos a meterla en el maletero del coche. Luego se la llevaron y la quemaron viva.
Sheila.
Luego de que Suesan murió, Teresa comenzó a dirigir su ira hacia Sheila. Theresa obligó a Sheila a meterse en la prostitución para mantener a la familia. Ella estaba contenta con el dinero que Shelia recibía, pero la paranoia pronto la abordó y creía que Sheila le estaba dando una enfermedad de transmisión sexual mediante el uso de su inodoro. Encerró a Shelia en un armario hasta que ella confesó tener una enfermedad. Shelia murió de hambre en el armario seis días después. Ella ordenó a sus hijos a poner su cuerpo en una caja de cartón y dejarla al lado de la carretera.
Vuelo y captura.
El olor del cuerpo de Sheila aún permanecía en la casa, por lo que Teresa ordenó a su hija menor, Terry, a quemarlo. Esto fue en 1986. No fue hasta 1993 cuando Terry (quien huyó un año antes) habló con un departamento de policía que creyó su historia. La policía encontró a Teresa en Salt Lake City, cuidando a una mujer de 86 años de edad. Le dieron dos cadenas perpetuas por el asesinato de sus hijas. Ella murió en prisión en 2011. Uno de sus hijos, Robert, fue acusado parcialmente por el asesinato de su hermana, además del tiempo que ya estaba cumpliendo por estar relacionado en otro asesinato.
Qué terrible historia, qué mujer tan pervertida. Debemos agradecer que, por muy extrañas que sean nuestras familias, por lo menos no tenemos que lidiar con una Theresa Knorr en el día de Nochebuena. ¡Dios Santo!.